Pastoral Santiago

El pasado 30 de diciembre se celebró el día de la Traslación de los Restos del Apóstol Santiago. Festividad grande, en Santiago, pero también fue festividad grande y Solemne en Santiago de Padrón. Porque Padrón es cuna jacobea. La Eucaristía de este día, estuvo presidida por nuestro Arzobispo y concelebrada, además del párroco, por ocho sacerdotes del Arciprestazgo.

"Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”. (Mc 16, 15). Estas palabras que Cristo dirigió a sus apóstoles, hicieron que el Apóstol Santiago, llegara hasta estas tierras para predicar el Evangelio. Luego de estar aquí un tiempo, regresó a Jerusalén, para reunirse con los demás apóstoles; pero fue entonces cuando fue mandado decapitar por Herodes Agripa I, allá por el año 42 de nuestra era.

Ambrosio de Morales (1513-1591) en su Viaje Santo refiere que la barca con el Cuerpo Santo “… Llegó a España por aquellos puertos de encima de Barcelona; no paró en aquella costa Oriental ni en la del Mediodía hasta el Estrecho; antes bien, embocando por él y dejando atrás el Mediterráneo, navegó por el Océano, rodeando todo lo que resta de Castilla y de Portugal y buena parte de Galicia hasta meterse por la boca del Ulla y por ella subir por el río Sar hasta la villa de Iria…”.

Después del arribo de la nave al puerto interior de Iria, los discípulos saltaron a tierra, amarraron la barca a uno de los postes que aún se conserva (el pedrón que se venera aquí, en Padrón) y buscaron un lugar apropiado para dar sepultura a los restos del apóstol -en el Monte Libredom, donde hoy se levanta la Catedral Compostelana.

El Pedrón es un ara romana, de época indeterminada, con una inscripción bastante desgastada ya, que se interpreta como “A Neptuno los habitantes del foro de Iria, colocaron este ara a sus expensas”- NO ORI ESES D S P-. En la parte superior hay inscrita una cruz, posiblemente siguiendo la costumbre de cristianizar lo pagano. Presenta un considerable desgaste, sobre todo por la parte central, debido al roce de los peregrinos que desde la Edad Media tenían por costumbre abrazarlo.

Todo en esta tierra remite a la tradición jacobea: el ara votiva de granito –que se conserva bajo el altar mayor de la Iglesia parroquial- a la que fue atada la barca que transportaba el cuerpo del apóstol; la piedra en la que según la tradición fue depositado el cuerpo del apóstol; las piedras desde las que predicó el apóstol cuando éste vino con vida –se encuentran en el Monte San Gregorio.